miércoles, 27 de julio de 2011

Monstruos en la oficina

El primer día no escuché nada extraño. Seguramente la emoción me distrajo, o acaso la expectativa de los Otros los mantuvo en silencio. El segundo día, no escuché nada. La oficina quedo muerta mucho más temprano que otros días. El tercer día, algo pasó.

Eran las 18:20 cuando algo me sacó de mis rutinas. Un ruido extraño, espectral, provenía de la oficina de al lado. Guardé silencio. Después de unos minutos, lo volví a escuchar. Una risa que parecía a ratos convertirse en lamento, otras en sed de venganza. Me levanté, y me acerqué a la salida de mi cúbiculo.

A esta hora, las secretarias se han ido, acaso intuyendo algo. Hacia los lados del pasillo que mi oficina remata, no había nadie. Di con cuidado la vuelta. El infernal sonido volvió a sacudir mis entrañas. Aguanté el impulso de dar la vuelta y correr. Seguí caminando.

Al dar la vuelta por el pasillo, en la oficina del Director, lo vi. Era él mismo, riéndose. De frente no parecía tan atemorizante, era más bien rídiculo.

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